La "Cámara de la Muerte"
El lugar donde se ejecuta la pena capital en la Unidad Penal de Lucasville, Ohio, nuevamente en la mira de las organizaciones humanitarias.
AP Photo-Ohio Department of Rehabilitation and Correction, File
Luego de la polémica que causó en EEUU el pasado 15 de septiembre el caso de Rommell Broom, un convicto que estuvo dos horas recibiendo sin éxito toda clase de inyecciones para cumplir con la condena a muerte que le impuso el Estado de Ohio, esa misma jurisdicción volvió a operar la denominada "Cámara de la Muerte" para terminar con la vida de Kenneth Biros, igualmente sentenciado a la pena capital.
En esta oportunidad, las autoridades de Ohio usaron un "protocolo de ejecución único en Estados Unidos" con un "solo producto" y una "solución de emergencia" en caso tal de que se repita un caso como el de Broom, según señaló Julie Walburn, vocera de las autoridades penitenciarias estatales.
Este martes 8 de diciembre la sentencia de Biros fue llevada a cabo usando este método -el cual consiste en una inyección que contiene tiopentato de sodio- condenado por varias organizaciones humanitarias, pero celebrado por otro tipo de asociaciones que apoyan la pena capital como forma de justicia y compensación para los familiares de las víctimas.
"¿Cómo es posible que un país civilizado haga esto en nombre de la justicia?", se interroga Karen Torley, columnista del diario inglés The Guardian, quien asegura haber mantenido una fluida correspondencia con el sentenciado durante varios años. "No hay nada de humano en este tipo de condenas", escribió Torley en su columna rechazando la hipótesis del Estado de Ohio según la cual sus métodos de aplicación de la pena de muerte son "humanos y clínicos".
"Matar a alguien para probar que matar está mal es una locura y mientras Ohio y Estados Unidos más rápido se de cuenta será mejor", acotó la columnista
El lugar donde se ejecuta la pena capital en la Unidad Penal de Lucasville, Ohio, nuevamente en la mira de las organizaciones humanitarias.
AP Photo-Ohio Department of Rehabilitation and Correction, File
Luego de la polémica que causó en EEUU el pasado 15 de septiembre el caso de Rommell Broom, un convicto que estuvo dos horas recibiendo sin éxito toda clase de inyecciones para cumplir con la condena a muerte que le impuso el Estado de Ohio, esa misma jurisdicción volvió a operar la denominada "Cámara de la Muerte" para terminar con la vida de Kenneth Biros, igualmente sentenciado a la pena capital.
En esta oportunidad, las autoridades de Ohio usaron un "protocolo de ejecución único en Estados Unidos" con un "solo producto" y una "solución de emergencia" en caso tal de que se repita un caso como el de Broom, según señaló Julie Walburn, vocera de las autoridades penitenciarias estatales.
Este martes 8 de diciembre la sentencia de Biros fue llevada a cabo usando este método -el cual consiste en una inyección que contiene tiopentato de sodio- condenado por varias organizaciones humanitarias, pero celebrado por otro tipo de asociaciones que apoyan la pena capital como forma de justicia y compensación para los familiares de las víctimas.
"¿Cómo es posible que un país civilizado haga esto en nombre de la justicia?", se interroga Karen Torley, columnista del diario inglés The Guardian, quien asegura haber mantenido una fluida correspondencia con el sentenciado durante varios años. "No hay nada de humano en este tipo de condenas", escribió Torley en su columna rechazando la hipótesis del Estado de Ohio según la cual sus métodos de aplicación de la pena de muerte son "humanos y clínicos".
"Matar a alguien para probar que matar está mal es una locura y mientras Ohio y Estados Unidos más rápido se de cuenta será mejor", acotó la columnista
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